El cuaderno de los putrefactos.
Y escribirnos cartas que hablan de ideas y dedicarte un dibujo cuando no tenga nada que decir. Yendo vamos a algún lado. Por un largo tiempo, al costado.
Mi Mi, es lo que controlo, donde están mis mejores máscaras y disfraces. Mi Yo, es lo que escribo, lo que me harta, me cansa, me satura y me protege de mi Mi. Aunque a estas alturas ya no sé quién es quién. Solo me queda seguir mutando.