Chau
Le digo adiós, a mi color de pelo, a mi soltería, a la ropa vieja y los tres cafés diarios. Hasta nunca a las cientos de hojas de papel que rodean mi escritorio, a los zapatos que me hacen daño, al azúcar refinada, a la manía de la aspiradora y a la vergüenza de los baños ajenos. Desalojaré mi cabeza, mi memoria y algunos sueños, mi ordenador será su nueva casa. Me despido de algunos prejuicios y suprimo cada vez más principios, no han servido de nada. Chau al vino malo, a las horas perdidas con pastillas extrañas, a morderme las manos y al temor al deporte. Elimino para siempre a 36 “amigos” de mi red de “amigos” que no sé quiénes son y que invaden mi Messenger. Pondré mi alarma de una vez y sonará a la misma hora. Eliminaré los sueños que tengo desde hace mucho, para adquirir otros, unos que antes no he soñado. Seré rubia por primera vez, rechazaré mis inclinaciones hippies y seré una mujer del nuevo milenio; una ama de casa, artista, amiga, esposa, trabajadora vital y motivaré los n