La casa del árbol.
Dejó solo esta nota , no me dice nada importante y no creo que regrese antes de la media noche, nunca llega antes de la media noche. Bien, entonces abrígate y ven para mi casa, tengo algo que mostrarte – dijo Juan Jo en voz baja. Almudena colgó el auricular y salió tan rápido como pudo. Camino durante 20 minutos, el frío le entraba por la cara, las orejas se le congelaban, sentía que se le iban a caer en pedazos, hasta que por fin llegó. ¡Hey Juan Jo! ¡Ya llegué! – gritó desde abajo. Juan Jo salió por la ventanita del lado y le hizo un gesto. Por el lado más grueso del árbol, lanzó una soga y la ayudó a subir. Una vez arriba, Almudena se acomodó en una esquinita de la pequeña casa, sobándose las manos y soplando aire caliente entre ellas. - ¿Qué cosas me quieres mostrar? Hazlo rápido porque tengo que irme cuanto antes, si se dan cuenta que salí, me matan – Juan Jo se quedó mudo. – la verdad es que no tengo nada en especial que enseñarte, es solo que quería verte. Decirte algo. ¿Para e