Escondidas.

¿Es acaso entonces el fin de la palabra?

Un destierro de mi misma me abruma, me obsesiona
Insano destierro
Malicioso exilio.

Ausente de razones
Sin explicación
Sin compasión.

Mi espalda erguida aguarda
Los huesos de mis dedos
Antes doloridos
Atentos.

Los dos pies en el suelo, y
El silencio.

Y junto los párpados,
las manos con frío.

Los sueños, dormidos
Que están al fondo
Escondidos.

Los sueños también saben callar.

Mi nariz ya no aspira
Me ahogo.

Ni el propio batir de esta asfixia arranca un sonido
Sonido que le dé calma al poder, sigiloso
Poderosa tocata que no para
Callada.

Como si esta orquesta me mirara
De frente
y se riera de mi,
Insolente.

Enajenada me pierdo a mí
Entre las hojas pasadas, quemadas.

Y el miedo gélido, me ataca a mí
No aprendí las coartadas.

Toco, intento
Abro la boca
La cierro
Casi loca
Pienso
Lo que más temo.

Que se acabo el verano
Que se fueron las lluvias
Ya no caerá el granizo
Así, de improviso.

Que no habrá más días grises
Que no llegarán las tormentas
El cielo de mi ventana no tendrá matices
Y esas primaveras.

Y no asomarán colores
Y tu piel no sabrá a nada
Ya ni tan solo temores
Fría mi almohada.

Que ya no vendrán más noches para escuchar a lo lejos
Los aviones que sus sonidos dejaban.

Prefiero no escuchar este sonido.
De sonidos recordar
Ahora todos han partido
Sin avisar.

Me quedo aguardando eterna
El silencio más honesto
Abierta
De par en par, expuesta
Ha ensordecido.

No romperé nada
No seré ya nada
Sin mano
Sin lienzo
Ni papel, ni lapicero.

Resignada
Me daré la vuelta a la piel
Haré faenas con otros, con lobos, con cerdos, con raros que no conozco ni he querido conocer.

Y me agudizaré

Me queda inventar
Inventar solfeos...

Que ridículas burlas me juegan
Como quisiera yo poder hacer esto con ellas
La puerta me tocan y luego se esconden tras ella.

Abandonarlas yo para siempre
Eso quisiera
Que se mueran por verme
Y yo me dé la vuelta.

Pero no logro hacer nada
Sigo aquí con la espalda espigada
Con la luz encendida
Con mi mesa
Vacía.


Aunque el alba me acueste
Como antes
Como en las sopas.

Que aparecían calientes
Que se hacían pedazos
Pero me quedaban latentes.

Grito
Fuerte
Sonido
Dulce
Lloro
Breve
Intenso.

Lejos
Gotea
Cae en mi memoria
Como un ruido
Que entra
Que no toca la puerta.

Rogaré hasta que vengan a mí
Los sonidos de bronce
De marfil
De materiales nobles.


Rezaré bajo la mesa
Y hoy creeré

De mis palabras, lágrimas
De mis sonidos, lágrimas

Muda
Con la garganta pegada
Sin paz y sin calma.

Comentarios

gaby alcántara ha dicho que…
mich
qué lindo escribes.
de verdad
provocas un huevo de sensaciones
:)

Entradas populares de este blog

Un domingo.

Por ejemplo, un domingo.

Para qué escribir hoy día?