Al fondo hay sitio
Es ahora o nunca, pienso mientras estoy parada en una esquina de mi habitación, cuarto, pieza, morada, vivienda, posada, paradero, residencia, piso.
Recibo ese golpe de inspiración, que he notado que viene más fuerte cuando hay un nuevo inquilino, o sea, un nuevo mueble,utencilio, cachivache, ajuar, artefacto, chirimbolo, menaje, mobiliario, trasto.
Un, dos, tres y empiezo a poner todo sobre la cama, lecho, catre, litera, petate, tálamo, colchón, camilla, camastro y dejo que la inspiración se apodere de mí, empezando a mover todo de lugar, dándole vuelta a las cosas, cambiando el orden anterior por uno nuevo. Es así. No soporto vivir en un espacio igual por demasiado tiempo.
Claro, esto puede tener una explicación y es que me he mudado tantas veces en mi vida que finalmente me he terminado acostumbrando a mover, a desechar, tirar, eliminar, descartar, arrimar, montar, desmontar, añadir, unir, pegar, amontonar, conservar, apilar, apiñar, guardar, no guardar, recoger, aglomerar, despedir, arrojar y sobre todo a acomodar, si, a adaptar, acondicionar, adecuar, amoldar; a cuadrar.
Ya no le tengo miedo a ningún tipo de espacio, área, sitio, zona, lugar, rincón, territorio; ni a ningún tipo de dolor post- cambio de posición. Ni la dislexia, ni mi horroroso sentido de la orientación han podido conmigo en este campo del reacomodamiento.
Cada 15 ó 20 días, esta curiosa inspiración regresa. Una vez terminada mi labor, me siento a disfrutar de mi nuevo hogar, sin pensar cuánto tiempo durará o cuando será el día en que tenga que volver a volver a mudarme.
Mi.
Recibo ese golpe de inspiración, que he notado que viene más fuerte cuando hay un nuevo inquilino, o sea, un nuevo mueble,utencilio, cachivache, ajuar, artefacto, chirimbolo, menaje, mobiliario, trasto.
Un, dos, tres y empiezo a poner todo sobre la cama, lecho, catre, litera, petate, tálamo, colchón, camilla, camastro y dejo que la inspiración se apodere de mí, empezando a mover todo de lugar, dándole vuelta a las cosas, cambiando el orden anterior por uno nuevo. Es así. No soporto vivir en un espacio igual por demasiado tiempo.
Claro, esto puede tener una explicación y es que me he mudado tantas veces en mi vida que finalmente me he terminado acostumbrando a mover, a desechar, tirar, eliminar, descartar, arrimar, montar, desmontar, añadir, unir, pegar, amontonar, conservar, apilar, apiñar, guardar, no guardar, recoger, aglomerar, despedir, arrojar y sobre todo a acomodar, si, a adaptar, acondicionar, adecuar, amoldar; a cuadrar.
Ya no le tengo miedo a ningún tipo de espacio, área, sitio, zona, lugar, rincón, territorio; ni a ningún tipo de dolor post- cambio de posición. Ni la dislexia, ni mi horroroso sentido de la orientación han podido conmigo en este campo del reacomodamiento.
Cada 15 ó 20 días, esta curiosa inspiración regresa. Una vez terminada mi labor, me siento a disfrutar de mi nuevo hogar, sin pensar cuánto tiempo durará o cuando será el día en que tenga que volver a volver a mudarme.
Mi.
Comentarios