Mi Mi, es lo que controlo, donde están mis mejores máscaras y disfraces.
Mi Yo, es lo que escribo, lo que me harta, me cansa, me satura y me protege de mi Mi.
Aunque a estas alturas ya no sé quién es quién.
Solo me queda seguir mutando.
Un domingo, nunca debe acabarse un libro al medio día. Un domingo, nunca debe borrarse una foto de casualidad. Un domingo, jamás se debe empezar a beber de noche. Un domingo, no debes tocar a nadie de esa manera.
Cuando no existan sospechosos de mis manos rockeras, mi boca te hará la mejor fiesta de cumpleaños. Y la furia de mi pelo encajará ese día en la eternidad. Mis recuerdos serán los más ciertos, como si de pronto se volvieran a vivir, con los mismos cristales, con idéntica música. Tú, tan tú. Una excusa de mi yo mas presente. Unos ojos morados, violetas, con ese cristal que no es diferente. Serás ese día la intuición de mi panza, de mi vientre, oh clemente, oh piadosa. La jamás dulce María Ese día, otro día... por ejemplo un domingo puedes volver a quererme. Ese día u otro día, cualquiera. Sin neblina, sin nieve. Sin tu yo tan grande y sin mi mí tan mío. Puede ser en mayo, o un poco antes... Como en abril, Cuando enero no persiga y marzo suceda. Cuando miremos fotos con ojos de siempre, el día de tu cumpleaños, o del mío. Que viene siendo lo mismo. Cuando mi hibris persiga el poder de mis años.
Para aguantar el frío y mover los dedos. Para no agonizar en medio del desanimo agitado del no poder parar. Para no parar. Por que está prohibido. Para que todo lo que hoy me dijiste pueda ser oído, para que todo lo que hoy escuché pueda ser hablado. Escribir para que me leas. Escribir para que luego escribas. De mi. Conmigo. Te alimentas. Conmigo calmas tu frío. Pero yo. Yo que hago? Solo escribo hoy y ayer y mañana. Y qué me alimenta? No me hagas repetirlo dos veces. Tres veces. Todas las veces! No te vas, no te quieres ir, no me dejes. No me quieres dejar. Se te nota demasiado. Mucho. Muy. Escribir, para darte el gusto. Para gustarte. Escribir hoy día.
Comentarios